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Investigan cómo afecta a la córnea el uso de lentes de contacto



El trabajo se enmarca en la tesis doctoral de la investigadora del IOBA Ana del Río, quien estudia estas alteraciones a partir de la medida de la impedancia con un nuevo dispositivo

Cristina G. Pedraz/DICYT La córnea es una de las partes más importantes de ojo. Está formada por cinco capas (epitelio, membrana de Bowman, estroma, membrana de Descemet y endotelio) y además de proteger a otras estructuras oculares ayuda al ojo a enfocar las imágenes en la retina. En la actualidad, existe una carencia en cuanto a dispositivos de diagnóstico no invasivo de la córnea, lo que limita su estudio ante determinadas patologías o cómo le afectan situaciones como el uso de lentes de contacto.


Con el objetivo de llevar a la práctica clínica nuevos métodos diagnósticos, el Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de Valladolid y el Instituto de Microelectrónica de Barcelona (IMB-CNM-CSIC) colaboraron en la creación de un dispositivo capaz de diagnosticar in vivo alteraciones corneales a partir de la medida de la impedancia, es decir, la resistencia de los tejidos al paso de la electricidad.


La optometrista del IOBA Ana del Río analiza actualmente en el marco de su tesis doctoral cómo le afectan a la córnea las lentes de contacto aplicando este dispositivo. “En la córnea, la capa que limita por el exterior (el epitelio) y la que limita por el interior (el endotelio) tienen cierta permeabilidad pero tienen que ser lo suficientemente fuertes y formar una barrera para proteger a la córnea del exterior, en el caso del epitelio, y para protegerla de que no fluya demasiada agua desde la cámara anterior de tal manera que se produzca un edema corneal, en el caso del endotelio”, explica a DiCYT la investigadora.


De este modo, se trata de conocer cómo una lente de contacto afecta a la permeabilidad de estas dos capas, el epitelio y el endotelio. “Ahora mismo existe una técnica más o menos popularizada en la práctica clínica, la fluorofotometría, que permite estudiar la córnea pero tiene bastantes desventajas. Entre ellas que la medida en el paciente dura bastantes horas y que tiene poca fiabilidad, ya que existen varios estudios y parece que ninguno se pone de acuerdo en lo que sucede realmente con las capas del epitelio y del endotelio cuando se coloca una lente de contacto”, recuerda.


Ante la falta de herramientas que permitan medir de forma objetiva y directa la permeabilidad de estas capas, se ha empleado el equipo desarrollado por el Instituto de Microelectrónica de Barcelona, un sensor no invasivo que se apoya en la superficie corneal durante unos segundos y mide la impedancia. En primer lugar, se ha realizado un trabajo experimental previo en conejos con lentes de contacto cuyos resultados han sido positivos, “lo que nos ha llevado a utilizar el dispositivo para medir la permeabilidad en la córnea humana”.

 

Uso seguro en humanos


La principal contribución que trata de realizar la tesis doctoral, que se encuentra en su última fase, es comprobar que el dispositivo es seguro para su uso en humanos y, en segundo lugar, detectar si las medidas que realiza el sensor realmente indican cómo es la permeabilidad de los sujetos que portan lentes de contacto. Para ello, se ha llevado a cabo un estudio piloto en el que se han incluido 10 sujetos.

 

“Les hemos puesto aleatoriamente lentes de contacto de diferente permeabilidad, alta y baja, porque en función de ella los cambios que se van a producir sobre el epitelio y el endotelio van a ser diferentes. Queríamos producir diferentes cambios para comprobar si el equipo era capaz de detectarlos en función de la lente de contacto que ha sido asignada a cada paciente. Estos 10 sujetos llevaron las lentes de contacto durante una semana y las medidas de la permeabilidad con este equipo se realizaron antes de poner las lentes de contacto (medidas basales con las que se comparan el resto de resultados), a los 3 días de llevar las lentes y después de una semana”, detalla.


Respecto al primer objetivo del trabajo, evaluar si el método es seguro, “podemos decir que sí lo es ya que no se han producido daños primarios ni secundarios en la córnea de los pacientes al aplicar el sensor”. En cuanto al segundo objetivo, comprobar la eficacia del dispositivo, “no podemos afirmar con rotundidad ya que el número de sujetos incluidos en el estudio ha sido bastante reducido y habría que mejorar también la repetibilidad del equipo, por lo que harán falta más investigaciones”. No obstante, los cambios encontrados en la permeabilidad del epitelio y del endotelio “son biológicamente plausibles lo que nos empuja a ser confiados y pensar que si conseguimos mejorar la repetibilidad del equipo y realizar pruebas experimentales con un mayor número de sujetos podemos tener buenos resultados”, concluye.

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