Trasplante de córnea, el mejor regalo de una madre

Cuando donar un órgano para dar vida o mejorar la calidad de vida de alguien se convierte en un sueño hecho realidad poco importa quién lo reciba, a menos que el receptor sea su propio hijo. Miriam Aguirre Santos, una mujer cubana que falleció repentinamente de un ataque al corazón en Miami a finales de septiembre, dos días antes de su 61 cumpleaños, cumplió su gran sueño cuando su hijo Juan, de 39 años, recibió su propia córnea en una operación realizada en el Bascom Palmer Eye Institute de la Universidad de

Miami.

Miriam Aguirre Santos era muy consciente de la importancia de la donación de órganos. Vio cómo su hijo Juan Aguirre fue perdiendo poco a poco la vista en un ojo tras ser arrollado por una motocicleta en Holguín, Cuba, cuando apenas tenía cinco años de edad. “No tenía planeado operarme”, comenta Juan. “Mi madre sí hablaba de eso conmigo. Me decía: quiero que uses mi ojo para que arreglen el tuyo. Al final un día le prometí que si yo podía, lo haría”.

Nadie sabía que Miriam Aguirre era donante cuando falleció en el hospital. “A mi hermana Janette y a mí nos sorprendió tanto que fuera donante que tuvimos respuestas diferentes cuando nos lo comunicaron”, explica Juan. “Desde entonces hemos aprendido mucho sobre la donación de órganos. Soy donante, pero no sabía cómo funcionaba el proceso”.

El proceso para un trasplante de órganos es desconocido para la mayoría de los familiares. “Para que puedan utilizar todos los órganos, se los tienen que quitar cuando el corazón está todavía latiendo. Puede haber una muerte cerebral y que los familiares decidan desenchufar la asistencia respiratoria, pero no lo pueden hacer hasta quitar los órganos. Y eso choca bastante. Todo tiene que ser tan rápido que a veces uno no llega a comprender el proceso en ese momento”, explica Aguirre.

El doctor Guillermo Amescua, cirujano de córnea del Bascom Palmer, conoció a Juan Aguirre antes de la operación. “Todo fue muy rápido”, comenta el especialista. “Juan vive en Virginia con su familia, aunque su hermana vive en Miami. Me habían comentado que en 15 años no se había producido un trasplante de córnea de un familiar de primer grado a otro”.

Este trasplante de córnea consiste en “una cirugía de trasplante común sin apenas complicaciones”, apunta el doctor Amescua. “En este caso concreto fue ideal porque inmunológica y genéticamente tiene el 50 por ciento ganado. De hecho, si llegara a tener un accidente con el otro ojo, podría funcionar perfectamente con el que su madre le donó porque la córnea estaba perfecta”.

Florida Lions Bank Eyes, fundado en 1962, está considerado como uno de los mejores bancos de donación de ojos de Estados Unidos. Reciben tantas donaciones, la mayoría procedentes del sur de la Florida, que incluso exportan córneas a países latinoamericanos y del Caribe. “La cultura de donación de órganos es tan fuerte en EE.UU. que se mandan muchas córneas al extranjero. En tres años que llevo aquí no recuerdo haber pedido una sola córnea. Rara vez no utilizamos las córneas de nuestro banco. Uno de cada 50 casos”.

El Bascom Palmer realiza entre 300 y 400 trasplantes de córnea al año. “Viene gente de todo el sur de la Florida y de Latinoamérica. Los latinoamericanos no son tan propensos a la cultura de donación de órganos, sin embargo cuando llegan a EE.UU. se adaptan muy bien en este sentido. Nuestro banco es un ejemplo”.

Juan Aguirre, músico y poeta de profesión, recuperará el 80 por ciento de su visión gracias al trasplante de córnea de su madre. “Estoy muy contento porque mi ojo había perdido el 80 por ciento de la vista. Estaba prácticamente ciego de ese ojo. Y ahora en tres meses ya tendré un ojo nuevo”, se emociona al contarlo.

En EE.UU. se llevan a cabo 45,000 trasplantes de córnea anualmente. La donación de órganos de Aguirre ha salvado varias vidas en el sur de la Florida y ha mejorado dos más gracias al trasplante de sus córneas. “Mi madre no me podría haber dejado mejor regalo”, cuenta orgulloso Juan.